Por: Julio Meza Díaz
Si hay un fenómeno social de gran envergadura en las últimas décadas de la historia peruana, este es sin duda alguna la migración interna. Objeto de estudio en diversos ensayos, se puede profundizar en sus consecuencias leyendo “Desborde popular y crisis de estado”, de Matos Mar, o revisando algunas páginas de “El otro sendero”, de Hernando de Soto. No obstante, si se desea ir más allá de los límites de las palabras especializadas, recomiendo la contemplación de un área urbana que, a mi parecer, retrata muy bien lo que es el Perú actual y, sobre todo, la ciudad de Lima. Hablo de un lugar en donde se entremezclan el respeto drástico a la ley y los usos de la informalidad, la presencia de franquicias transnacionales y la de negocios de clara raigambre peruana, las diversas costumbres del interior del país y los modos propios de la tres veces coronada villa, los esquemas de lo racional y los vuelos luminosos de lo real maravilloso. Como algunos sospechan, me estoy refiriendo al centro de Lima, que exhibe tanto discursos “criollos”, como, de un buen tiempo a esta parte, “andinos” y “selváticos”.Ahora bien, este mundo (al que, de alguna manera, todos los peruanos pertenecemos) ha desarrollado contenidos que pueden ser motivo de análisis desde diversas ópticas. Una de estas es la revisión de los textos propios del ambiente mencionado. Luego de largos cotejos, estoy en capacidad de afirmar que existen publicaciones que ofrecen la mayoría de sus ejemplares en la médula de Lima. Estas publicaciones, por su formato y continuidad de edición, podrían ser calificadas como un rara avis entre el semanario especializado y el periódico tradicional (me refiero tanto la prensa “seria” como la “amarilla”). Dichas publicaciones, leídas con ojo agudo, son una mina de innumerables joyas, que revelan el sincretismo vivo de cosmovisiones e ideologías y que, sin temor al rechazo discriminatorio, pugnan por hacerse un lugar en la palestra de los medios de comunicación escritos tradicionales.
Debido a que no han sido estudiadas antes, este artículo se propone revisar, quizás de forma muy veloz, algunas de las señaladas publicaciones. Estas son El Curandero, que contiene, en gran medida, artículos y notas de temas paranormales; Sin Tapujos, que ofrece consejos y medicinas para el mejor desenvolvimiento sexual; y Lucha Indígena, que da voz a una postura política específica. De modo que, estimado lector, siéntase como si se hubiera detenido frente a un kiosco de, por ejemplo, la Plaza San Martín y, sin olvidar su conciencia crítica, pase a leer los textos que se exhiben colgados para el transeúnte curioso.
El Curandero (2)
El Curandero (2)
A un sol, y dirigido por Ricardo Cruzado García, El Curandero muestra desde su portada los temas que trata en las páginas siguientes. En letras de tonos amarillos y rojos, se ofrecen “amarres” con la pareja deseada y soluciones a problemas médicos y económicos. Se incluyen también los métodos a tratar: “entierros” en presencia del cliente, invocaciones en puquiales, “trabajos” en cementerios y cerros encantados. Por otra parte, no se desdeña la tecnología: los “maestros”, al lado de las ofertas de sus servicios, añaden para ser ubicados el número de sus teléfonos celulares y, cómo no, sus correos electrónicos.
En la página 2, la mezcolanza entre diferentes visiones de la realidad se hace más patente. En un artículo titulado Generador metacuántico de riquezas, se habla sobre la posibilidad de convertir cualquier clase de pretensión en realidad. Sin ambages, se señala: “tus deseos son verdaderas órdenes para el universo”. Y se presenta un artefacto (el mencionado generador) como elemento necesario para abrazar los sueños. En seguida, se coloca una explicación “científica” del proceder del artefacto:
“Su funcionamiento esta (sic) basado en varios conceptos científicos de la Física Cuántica. Contiene una banda se sonido (sic) estéreo de 7 canales que generan ondas biaurales audibles moduladas en frecuencia y amplitud variable. Estos sonidos están dirigidos a alinear los hemisferios cerebrales y a optimizar las frecuencias mentales dirigiéndolas a los niveles creativos de Alfa y Delta.”
En este breve párrafo, hay referencias disímiles. Se hace mención a la física cuántica, las ondas sonoras, las partes del cerebro y otros temas de extraño asidero, tratándose de crear de este modo una suerte de base acreditada para las afirmaciones del artículo. Sin embargo, como no es suficiente la “ciencia”, se menciona también la necesidad de repetir un texto que está en el límite entre el rezo y el conjuro, y que es condición esencial para tornar en visibles las ilusiones:
“Yo soy la poderosa presencia de dios en acción, manifestando riquezas, belleza, bondad, alegría, pureza y libertad.”
Luego, ocurre una confusión. El lector no sabe si, para lograr su deseo, requiere el artefacto señalado anteriormente, el texto que he copiado, o ambos. Finalmente, el desconcierto se incrementa, pues se agrega un consejo, muy cercano a lo sugerido por libros de autoayuda como el popular El Secreto:
“Todo lo que está llegando a tu vida tú lo estás atrayendo y lo atraes hacia ti por virtud de tus deseos y las imágenes que mantienes en tu mente”.
En la página que sigue, se halla una sección íntegramente dirigida (y supongo escrita) por la Maestra de Curaciones Rosario. A diferencia de los demás textos de El Curandero, entre recetas para conseguir un trabajo estable y dominar por siempre al ser amado, lo propuesto por Rosario destaca por unos datos llamativos. Ella indica con exactitud cuánto cuesta y, sobre todo, cuánto dura la realización y el efecto del “trabajo”. Pongo un ejemplo:
Amarre temporal: Su duración es de un año y medio. No te perjudica en nada. Su proceso es de 30 minutos y su costo es de s/ 120.
Para Rosario, el tiempo no sólo vale oro, sino también marca límites exactos a sus labores mágicas.
En las páginas centrales, las 8 y 9, se brinda información sobre las capacidades del Gran Maestro Macumbero Félix. Lo que salta a la vista es el intento de dicho maestro por certificar la efectividad de su poder. El argumento que emplea para este propósito es colocar imágenes de su persona al lado de famosos de la cultura popular peruana. Se le ve, por ejemplo, bañando con flores a Abelardo Gutiérrez (más conocido como Tongo), de quien, en un recuadro, se cuenta lo siguiente:
“Gracias al Gran Maestro Felix (sic), el cantante Abelardo Gutierres (sic)
Pero esto no le basta al maestro Felix. Para reafirmar la veracidad de sus capacidades, asegura que ha sido entrevistado en casi todos los canales de televisión local y, por supuesto, algunos canales internacionales de noticias, como CNN y Visión Internacional. Por último, en un acto que, a mi entendimiento, es una manera consciente o inconsciente de ingresar al panorama de la globalización, el maestro Felix asegura lo que sigue, en un recuadro independiente:
“Estuve bendiciendo al presidente de los EE.UU. Barack Obama en el Cerro San Cristobal”.
Así, El Curandero, en sus pocas 16 páginas, agrupa perspectivas mágico-religiosas, temas pseudo científicos, empleo de tecnología contemporánea y referencias a la cultura de masas local y extranjera. En suma, esta publicación carga una densidad de materias singularmente cohesionadas.
Sin tapujos (3)
Al precio de un sol, y teniendo como director a Hellen Cruzado, Sin tapujos, como su nombre lo indica, no tiene barrera alguna para tratar el tema del sexo. Así, entre otros tópicos del género, los artículos ofrecen una explicación sobre la postura denominada 69, recetas para vencer la impotencia, o sugerencias para el empleo de la mano a lo largo del encuentro sexual. No obstante, si bien lleva un fuerte flujo encontrado con la moral puritana, Sin tapujos evidencia un discurso que arrastra estereotipos de larga data en nuestro país.
En la página 11, se ubica el artículo La soledad. Un problema de muchos. En este, se mencionan las clases de solitarios, etapas cruciales en la soledad y formas para lograr socializar mejor. Aunque evidencia un buen propósito, el desarrollo de estas cuestiones no presenta nada novedoso. Se gira alrededor de lugares comunes y consejos facilistas como vacuos. Sin embargo, lo que sobresale está en las mencionadas clases de solitarios. Al momento de enumerarlas, se afirma lo siguiente:
“También están los marginados, debido a su pertenencia étnica, minusvalía, enfermedad o pobreza.”
Debido a la zona en la que se ofrece, Sin tapujos está dirigido mayoritariamente a personas de rasgos mestizos, indios o negros. No obstante, si se observa sus imágenes, se encuentra sólo modelos de rasgos extranjeros (léase, en términos coloquiales, “blanquiñosos”), que, según dicta el criterio dominante, son los paradigmas de lo “bello”. De modo que, con sus fotos, Sin tapujos no hace otra cosa que reafirmar aquel patrón estético, que, como bien indica en su artículo La soledad. Un problema de muchos, produce marginación a los individuos de determinada pertenencia étnica, como a la que correspondemos gran número de peruanos.
Así, Sin tapujos es, de alguna manera, de concepciones liberales frente al sexo, pero de fundamentos conservadores en lo tocante a la visión del “cuerpo bello”. Esta publicación lleva, entonces, perspectivas encontradas.
Lucha indígena (4)
También al costo de un sol, y dirigido por Hugo Blanco, antiguo hombre fuerte de izquierda, Lucha Indígena apunta las armas contra el status quo. Dedicando un buen número de artículos al conflicto acaecido recientemente en Bagua, el tono de su prosa es incendiario y acusador. Entre otros reclamos, en Lucha Indígena se exige el cambio de la política económica, la vacancia presidencial, la conformación de una asamblea constituyente, y la unidad de los pueblos latinoamericanos. Aunque su postura política es tan respetable (y, por supuesto, debatible) como cualquier otra, Lucha Indígena resbala a ratos quizás por su afán desesperado de una búsqueda reivindicativa. En su artículo Los policías caídos, se lee lo siguiente:
“En el Perú de Alan García se homenajea a los verdugos [policías] mezclándolos con quienes sí son víctimas para confundir a la población”.Que los policías en el conflicto de Bagua actuaron con una violencia indiscriminada y censurable, no hay duda. Sin embargo, en Lucha Indígena olvidan que dichos policías sólo efectuaban órdenes y que, en buena parte de los casos, eran ciudadanos del mismo nivel socioeconómico que los nativos caídos. Así que llamar verdugos a efectivos policiales de rangos inferiores es, por decir lo menos, una exageración. En todo caso, los verdugos están en la cúpula del poder, de donde partieron las disposiciones para que la represión sea de una agresividad injustificada. Como alguna vez escuchara en boca de un anciano, “la cabeza del monstruo no son sus brazos armados”.En un artículo posterior, titulado El muro que habla, se narra las vicisitudes de una iniciativa especial. Debido a que los medios de comunicación, salvo algunas excepciones, no dan cuenta plenamente de los conflictos sociales del interior del país, cierto grupo de interesados en aquellos temas levantó una suerte de panel enorme sobre un muro de una calle principal del Cusco. Allí, con ayuda de los viandantes, que dejaban propinas y diversos materiales (papeles, plumones, etc.), se escribían los datos no propagados de las concesiones petroleras y mineras, la lucha en busca de justicia de indígenas andinos y selváticos, y otros asuntos de interés de la comunidad. En consecuencia, esta creación de una forma comunicativa brilló por su audacia y su construcción colectiva. No obstante, las preguntas que caen por su propio peso son: ¿quién asegura que lo informado se basa en fuentes ciertas? ¿Cómo saber si los textos divulgados son o no el resultado de manipulaciones personalistas? Como es evidente, las respuestas a estas cuestiones necesitan un previo cotejo y una conciencia perspicaz.
Lucha Indígena es, entonces, una publicación política que representa las consideraciones críticas de cierto grupo social descontento y necesitado de muchos más medios de expresión.
Suma de ideas
“En el Perú de Alan García se homenajea a los verdugos [policías] mezclándolos con quienes sí son víctimas para confundir a la población”.Que los policías en el conflicto de Bagua actuaron con una violencia indiscriminada y censurable, no hay duda. Sin embargo, en Lucha Indígena olvidan que dichos policías sólo efectuaban órdenes y que, en buena parte de los casos, eran ciudadanos del mismo nivel socioeconómico que los nativos caídos. Así que llamar verdugos a efectivos policiales de rangos inferiores es, por decir lo menos, una exageración. En todo caso, los verdugos están en la cúpula del poder, de donde partieron las disposiciones para que la represión sea de una agresividad injustificada. Como alguna vez escuchara en boca de un anciano, “la cabeza del monstruo no son sus brazos armados”.En un artículo posterior, titulado El muro que habla, se narra las vicisitudes de una iniciativa especial. Debido a que los medios de comunicación, salvo algunas excepciones, no dan cuenta plenamente de los conflictos sociales del interior del país, cierto grupo de interesados en aquellos temas levantó una suerte de panel enorme sobre un muro de una calle principal del Cusco. Allí, con ayuda de los viandantes, que dejaban propinas y diversos materiales (papeles, plumones, etc.), se escribían los datos no propagados de las concesiones petroleras y mineras, la lucha en busca de justicia de indígenas andinos y selváticos, y otros asuntos de interés de la comunidad. En consecuencia, esta creación de una forma comunicativa brilló por su audacia y su construcción colectiva. No obstante, las preguntas que caen por su propio peso son: ¿quién asegura que lo informado se basa en fuentes ciertas? ¿Cómo saber si los textos divulgados son o no el resultado de manipulaciones personalistas? Como es evidente, las respuestas a estas cuestiones necesitan un previo cotejo y una conciencia perspicaz.
Lucha Indígena es, entonces, una publicación política que representa las consideraciones críticas de cierto grupo social descontento y necesitado de muchos más medios de expresión.
Suma de ideas
Como se ha podido observar, las tres publicaciones revisadas suman diversas referencias culturales: desde menciones a categorías mágico- religiosas, señas pseudo científicas, rasgos de la cultura de masas, cualidades estéticas, pensamientos de pujante liberalidad, asuntos políticos contestatarios y demás elementos de distinto tipo. De modo que, si estas publicaciones representan el mundo del centro de Lima, mundo de mezclas e intercambios, que grafica en miniatura la situación actual del país, se puede decir que en el Perú hay una catarata de opiniones y enfoques que se esfuerzan por lograr un campo al lado del punto de vista oficial. Empero, si de algo adolecen estas ideas pujantes, es de la falta de debates entre ellas, discusiones cuestionadoras que podrían enriquecer su contenido y, paralelamente, derivar a consensos que las elevaran en importancia y gravedad frente a la población. Es, entonces, el debate en democracia (que jamás implica la ruptura o violencia) la dinamo que quizás cohesione las numerosas ideologías y las dirija a proyectos más ambiciosos.
(1) Artículo publicado en el número 27, Diciembre-Marzo 2010, de la revista andina de cultura Siete Culebras.
(2) El Curandero. Editora Santa Patricia S.A.C. Número de publicación: 267. Sin fecha de salida al mercado.
(3) Sin Tapujos. Editora San Patricia S.A.C. Número de publicación: 245. Sin fecha de salida al mercado.
(4) Lucha Indígena. Editora Lucha Indígena. Número de publicación: 35. Julio, 2009.
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